BATALLA PERDIDA

Otra batalla perdida, cuantos intentos. La falta de libertad es inherente a mi tumba, no existe salida. La ya callada acera que camino en el dia a dia silencioso me acompaña, voy dejando hundidas mis huellas, camino por ese sendero de espinas, y vuelvo a pasar por ahí aunque no quiero. Seria justo apaciguar el animo, regalarle unos cuantos tragos de esperanza y fé al desesperado deseo que solo quiere refugiarse en el rincón de una habitación en la que nadie interrumpa el proceso de transformación de esta alma que me habita. Pero una vez más entra el ruido que destroza los oídos y vuelvo a escuchar esa voz como estruendo que intenta apachurrar mi espíritu, las garras del tirano nuevamente se despliegan sin descaro en mi desnuda piel que no encuentra abrigo. No hay piedad en esos ojos turbios que intentan doblegarme. Vanas intenciones de huir pues no hay salida en ese barco que a la deriva transporta mi cuerpo a un estado anímico de putrefacción que ya no puede sentir ni el más mínimo deseo de levantarse del suelo en el que me han pisoteado el alma y en el que han bailado encima de mi orgullo permanentemente. Nada es ahora este espacio muerto. Ahí yace mi cuerpo que entre nauseabundas vituperaciones sangra desolado de tristeza. Y el enemigo, se burla al saber que soy vulnerable a las blasfemas, que mis brazos tiemblan ante el grito espeluznante que hiere las mas íntimas fibras de las cuales fue fabricada mi esencia. En desesperado intento me afano y vuelvo a intentarlo, esta vez me escabullo en la punta de la cola de un insecto. G©D2010