Delia

Astuta tarde. Agitado cielo. Delia regresó a casa cansada del colegio después de una mañana de escuela, amigos y en su cabeza, "Sergio". Botó en el sillón mochila, libros, suspiros. Tenía hambre, se encaminó directo a la cocina. Encima de la mesa encontró deliciosos manjares en un frutero, tomándolo entre sus manos se dirigió a la habitación, se recostó en el lecho. Cerca de ella dejó el frutero. Sin empacho comió uvas, melocotones y sin exagerarlo, medio kilo de fresas. Luego tomó un espejo, extasiada miró el reflejo, pensaba en el muchacho, excitada dejaba entrar el aire y exhalaba fuerte, obstinada observaba sus labios rosa fuego, el arena verdoso de sus ojos resaltaba con destellos miel sobre la delgada hoja. Mirada párvula, mente llena de formas, utopías crecientes. Casi podía sentir el jugo de los labios del invisible muchacho, morder la pulpa irreverente del deseo de su imaginación adolescente. Vívido anhelo de experimentar, beber de lo profundo de una boca imaginaria. Se retorcía y sudaba entre el mullido blanco algodón de las sábanas, entre almohadas, ositos de peluche y besos, besos, besos de fresas... de las que nos gusta saborear cuando cumplimos quince. G©D2012

Escribo

En esta gran urbe, llena de ruidos y estratosféricas cantidades de intereses,  intento rescatar mi espíritu, por eso hago una pausa, al despertar pongo los pies al aire y antes de pisar tierra, me encomiendo a la santa voluntad del magnánimo. Es así como transcurre mi vida, en esta lucha entre la obstinación mundana por desintegrar la paz lograda de algunos seres cotidianos, su costumbre ciega de herir lo incomprensible y la fortaleza que me une con quién creó las estrellas. Hay una inconmensurable cualidad de ciertas almas, palabras gentiles que intentan ayudarme a rescatar lo que hasta hace poco tiempo había descuidado tanto, otras muchas que vienen a probar la miel y si les gusta intentan beberla toda de un trago para luego vomitarla en algún hoyo en el que se esconden, por eso hoy escribo para sacar lo azul de este interior que me han prestado. En este momento primoroso arrodillada ante un monitor y de forma virtual le pido a "el", al que me dio el aliento, al que me ha permitido ir solventando los dolores y me ha dejado ver las alegrias que adornan esta vida, me siga dando su perdón por lo que le he fallado, pero también que me permita descubrir e ir más allá para encontrarlo, como me dijo ayer por telefono un niño al que adoro, tiene 4 años, se llama Fernandito "te voy a enviar un avión para que encuentre el camino a tu casa  y te traiga a visitarme, te quiero mucho!" Yo creo que esa voz fue la de "el" diciendo que me ama y que quiere verme algún dia a su lado. G©D2012

Orgía

Grupo, guitarra, besos de pintura escurridos en los cuerpos, arte del amar desorientado, "dos", se han convertido en diez urgentes gritos de sudor, orgía extravertida, ulterior momento, "todo, nada", confundidos burbujean entre bocas de ron, alientos de cigarro, verde aroma que emana de sus cabellos de ramas. G©D2012

Mentira inútil

Vaho, le damos salida del interior sin detenerse, "Mentira inútil". Flagela, destruye, hace sangrar, desgarra, muerde y luego hunde. G©D2012

A escondernos

Con la espada en la lengua asesinamos, a caballo sin riendas huimos a lugar impreciso a escondernos. G©D2012

Chisme

La inmundicia, el vómito aberrante, lo que nace de la crueldad de una boca, cuando se dice. G©D2012

Lloran

Flores que marchitas mueren, así mismo las letras secas en epitafios, abandonadas, lloran. G©D2012